Quién iba a decirnos la cantidad de sorpresas y bondades que iba a traernos este fin de semana de rugby. La primera en nuestro viaje a Soria para enfrentarnos a Ingenieros de Soria Rugby Club y la segunda en apenas 24 horas que nos daría nuestra selección.
Pero vayamos a lo que nos traen estas líneas que es nuestro enfrentamiento a los del Duero. Para nosotros unos absolutos desconocidos todo sea dicho pero solo abrir nuestro abanico rugbístico y acercarnos a la tierra de los torreznos bien valía un par de horas de viaje. Alguno incluso decidió descubrir la noche Soriana y apareció en el partido con la cara desencajada pero eso no es materia de esta crónica.
Apenas llegar al campo las sorpresas y las bondades de las que hablábamos antes hicieron su aparición. Un magnífico campo de rugby de hierba natural de lo más plácida para practicar el placaje veterano y también un recibimiento por parte de ingenieros en forma de homenaje a los ucranianos que a todos nos tocó en el alma. Ahora solo restaba saber cómo se desenvolvían nuestros anfitriones en el campo y pronto lo íbamos a descubrir.
Los Fuencarcas arrancamos invocando el fantasma de tiempos pasados: la caraja pero en honor a la verdad apenas nos duró 5 minutos. Quizás porque los numantinos nos pillaron desprevenidos con un veloz juego de tres cuartos que no esperábamos y que tuvimos que atajar rápidamente, quizás porque alguno había dado de más en la noche Soriana, quién sabe. Esta desconcentración visitante inicial nos costó dos ensayos recién comenzado el partido y con apenas unos minutos de diferencia el uno del otro. Fuencarral se vio obligado a reaccionar llevando el juego un poco más a nuestro terreno y evitando que su tres cuartos catara el balón. Eso nos obligaba a conservar más y a golpear mucho más pero la estrategia dio su fruto y los visitantes plantamos el balón unos minutos después. Cabe mencionar que nuestra tres cuartos tuvo que ponerse las pilas en defensa y lo hizo con ahínco, placando como bestias y evitando que sus homólogos desplegaran lo que habíamos visto al principio del partido.
Con un parcial de 2 ensayos a 1 al descanso aún cabía la remontada y los Fuencarcas pusieron la carne en el asador. Mucho juego de delantera, muchas rutinas ensayadas hasta la saciedad y algo de pericia nos llevaron a empatar el partido casi con la mitad del segundo tiempo cumplida. Sin embargo los de casa aún no lo habían dicho todo porque apretaron las tuercas a los de Fuencarral llevándolos contra las cuerdas en apenas unos minutos para ponerse de nuevo por encima. La estocada final se produjo con el tiempo cumplido sumando un ensayo más al marcador local y dejando el resultado en 20 a 10.
Pese al resultado los de Fuencarral terminamos el partido con la sensación de haber disfrutado como niños, de haber dado todo en el campo y de haber sido capaces de hacer nuestro juego. Chapó por los Ingenieros de Soria que demostraron un juego limpio y ordenado y que dieron lo mejor de sí dentro y fuera del campo. Así pues, pudimos celebrarlo con ellos en el tercer tiempo con sus famosos torreznos y un buen arroz y después viendo el 6 Naciones juntos.
Para rematar está crónica y el fantástico fin de semana muchos de nosotros pudimos también disfrutar de la emocionante victoria de Los Leones en el Central de la Universitaria que nos devuelve 24 años después a un mundial de rugby. ¿Qué más se le puede pedir a este fantástico deporte?
¡Aupa Fuencarral!