5 años desde la primera visita de los Fuenkarkas a Valencia en el que fue su primer viaje como club. Un viaje muy esperado y uno de los partidos más exigentes desde que la fundación del club.
Fuimos llegando al campo por goteo: los que habían salido la noche anterior, los que vinieron en tren y los que compartieron coche. Todos ellos desde la terraza del campo íbamos oliendo rugby. Los visitantes salimos al terreno de juego esta vez sabiendo que no había más que 3 cambios, teníamos que salir muy concentrados al partido y dando lo mejor de cada uno de nosotros.
Se planteaba un gran partido tanto en delantera como en línea, los 15 saltamos al campo sabiendo lo que teníamos que hacer, lo mismo que nuestros opositores que desplegaban un juego rápido, con una delantera muy dura y una línea con una cintura que rompía con mucha facilidad a nuestros jugadores. Tesón y constancia para parar sus ataques, uno tras otro. Afortunadamente, nos adelantamos en el marcador 0-1 por ensayo de Niño que venía de recuperarse de dolores de espalda .
Subía la intensidad del partido y el cansancio iba haciendo presencia en el 15 de Fuencarral que con tan solo 3 cambios sufría los ataques de los valencianos por las bandas con una velocidad y fuerza al alza. Más de 10 jugadores en el banquillo por su parte listos a saltar que hacía que nuestras fuerzas flaquearan. Con la mirada buscábamos los relevos de los 3 reemplazos que con ganas entraban para mantener el desafío a los contrincantes. Ellos, sin bajar los brazos, ensayaron para igualar 1-1 el encuentro antes del la finalización de la primera parte.
Con las endorfinas a tope, habiendo recuperado el aliento en el descanso, comienzan otros 30 minutos de juego brutales por parte de Valencia que nos mantuvieron prácticamente todo el tiempo en nuestros campo defendiendo el fortín y el marcador 1-1. El reloj pasaba rápido para los de fuera deseando entrar a la batalla pero para los de dentro los minutos pesaban y añadían una mochila de golpes y contusiones que hacían un mundo de cada 60 segundos.
Fuencarral en su campo seguía sufriendo las embestidas de Valencia, no había fisuras, muchas fases, mucha mano, muchos años de rugby se daban de frente en el ya debilitado escudo naranja. En una salida de melle en ataque Fuenkarkas logramos romper la defensa valenciana y correr con el balón desde su campo hasta la línea de ensayo transformando y finalizando el partido en un merecido 1-2.
Mención especial a todos los jugadores de este club, a sus familias por dejarnos seguir jugando y disfrutando como niños a un rugby de veteranos, a los que fueron el fin de semana completos a los que pasaron noche y a los que se hicieron un ida y vuelta, GRACIAS.
Exhaustos, agotados, doloridos pero sin más lesiones que una brecha suturada al más estilo salvaje oeste nos fuimos a la nueva y espectacular sede del club anfitrión donde nos brindaron un tercer tiempo digno de un club con solera. Mucha cerveza y muchas risas al recordar lo bonito que fue el partido jugado por estos dos grandes equipos.
P.D.: Valencia ha recogido el testigo y es el primer equipo confirmado para el IV torneo solidario ITT Gambia.