Tiempo llevaba este partido en el tintero de los Fuenkarkas, tras visitarlos en junio de 2021 los de Pucela debían una visita a Madrid que no pudo producirse por diversas circunstancias. Sin embargo, como caballeros, cumplieron su palabra y aquí que se plantaron este sábado para vernos las caras en el campo.
De cara a este partido había ganas y tensión a partes iguales, sea por el nombre del rival o porque era el primero tras la vuelta de Navidades pero se notaba en los entrenamientos previos que, a pesar del frío, había compromiso para esta cita. Fue quizás una mezcla de todo esto lo que marcó los primeros 10 minutos del encuentro en el que todo el juego se desarrolló en el centro del campo, sin avanzar más de 10 o 15 metros al terreno contrario. Ambos equipos se medían en cada jugada y trataban de ver de qué pie cojeaba el otro. Los primeros compases del partido fueron duros, buena defensa en ambos lados y delanteros y tres cuartos tratando de romper la línea sin éxito.
Pasados esos primeros 10 o 15 minutos los del VRAC tiraron de experiencia al ver que los Fuenkarkas no se afanaban en placar abajo, fueron más listos, utilizaron esa ventaja y lograron colarse hasta en dos ocasiones poniendo contra las cuerdas a los locales. No pintaba nada bien, si ya nos habíamos comido dos ensayos en el primer tiempo, ¿Qué nos iba a deparar el resto? Pero precisamente a veces una buena bofetada a tiempo sirve para despertar. Eso permitió que la defensa estuviera más compacta y que cometiera menos errores y con menos errores más balones para jugar. Poco antes del descanso el 2 a 1 subió al marcador para dar un respiro a los de casa.
Medio tiempo y hora de coger un poco de aire, también de ordenar las ideas. Las consignas estaban bien claras, lo estábamos haciendo bien pero no se podía escapar un placaje y debíamos conservar el balón para desplegar nuestro juego. Algo hizo clic en ese descanso o poco antes de él porque lo que vino en los minutos posteriores no se parecía en nada a lo visto en la primera parte: una defensa férrea que luchaba cada placaje y cada balón con ansia. Por su parte VRAC tampoco bajó los brazos en ningún momento y golpearon una y otra vez las líneas sin éxito, percusiones muy duras pero contenidas por la defensa. Esto, unido a algunos fallos de manos, puso más balones en manos de los Fuenkarkas y éstos no dudaron en aprovecharlo para darle la vuelta al marcador. Delantera y tres cuartos lograron llegar hasta la línea de ensayo en 5 ocasiones en la segunda parte deleitando al público con roturas de la línea pucelana, escapadas en las que siempre había uno o dos apoyos y mucho mucho juego.
Sin duda este fue un partido disfrutado que dejó muy buenas sensaciones y ninguna lesión grave. Acabado el partido los Fuenkarkas recibieron a los de Valladolid en su sede para homenajearlos como es debido y con unas migas y una cerveza en la mano comentar el partido. Desde aquí agradecer su juego limpio, su buen carácter y desear que volvamos a jugar en el futuro (esta vez nos toca devolver la visita).