¡Qué ganas! ¡Qué ganas! ¡Qué ganas! Esa era la frase más repetida este semana antes del partido e incluso el mismo sábado cuando aparecían de nuevo esos nervios, viejos conocidos. Casi un mes de inactividad no impedía a los Fuenkarkas enfrentarse a un rival desconocido: el Olímpico de Pozuelo, histórico del rugby madrileño con mucho jugador entre sus filas aún en activo.
Tanto se notaban las ganas de jugar que la seriedad en el vestuario y el calentamiento era abrumadora, apenas 5 o 10 minutos de cháchara y al poco todo el mundo concentrado y pensando ya en el partido. Esto hizo mucho bien a los primeros compases del partido y quizás sorprendió a los Olímpicos. Desde el principio los de Fuencarral supieron un plantear un partido serio y cañero, la delantera jugó con sus agrupaciones y percutió duro contra los de Pozuelo que enseguida vieron que tenían que poner toda la carne en el asador. Por otro lado, nuestra tres cuartos fue rápidamente movilizada por los medios y mostró un juego fino y medido que descolocaba a los locales. Gracias a ello el juego se mantuvo prácticamente durante toda la primera parte en campo de los de Pozuelo y viéramos a Fuencarral inaugurar el marcador con un ensayo. Los Olímpicos, por su parte, seguían placando duro y tratando de desplegar su juego pero la defensa Fuenkarka se lo impedía una y otra vez. Sin embargo, fueron capaces de romper la líneas en una ocasión para acabar la primera parte con empate.
La segunda parte sirvió para introducir más aire en las filas de los Fuenkarkas y tratar de resolver algunos errores. Volvimos al segundo tiempo con una dinámica de juego muy similar: contactos duros pero efectivos y mucha defensa y juego a la mano. Sin embargo, la falta de físico por el parón veraniego (queremos creer) hizo mella y cada vez costaba más llegar a los balones y proteger los rucks con lo que los de Pozuelo aprovechaban esas ocasiones para robar balones. Eso propició a su vez mayor roce entre los jugadores y alguna pequeña chispa surgió pero bueno si no hubiera roces no seria rugby. En todo caso, la segunda parte fue muy exigente y tanto los locales como los visitantes tuvieron que defender con uñas y dientes sus posiciones para evitar avances. Pudimos ver algunas escapadas por parte de ambos equipos tratando de superar la línea de defensa pero ninguna de ella logró el ansiado ensayo de desempate. Tuvo que llegar la tercera, con la batería de los Fuenkarkas al menos bajo mínimo, para que los de Olímpico lograran escaparse y marcaran el segundo ensayo dejando el marcador en 10 a 5.
Resultados aparte, fue un partido hermoso y de lo más divertido contra un rival de mucho nivel al que fuimos capaces de poner contra las cuerdas y llevarle a nuestro juego. Tampoco hubo que lamentar lesiones graves, lo cual es casi el primer objetivo. Por otro lado, fueron unos magníficos anfitriones y, aprovechando las fiestas de Pozuelo, nos llevaron al centro de la localidad para tomar algo juntos, comentar anécdotas del partido, conocernos mejor e incluso intercambiar cánticos. El ambiente, desde luego, fabuloso. Esperamos que nos devuelvan la visita pronto.