Parece que el ritmo de partidos se mantiene y cada tres o cuatro semanas podemos ver a nuestros veteranos pisando los campos de Madrid para medirse contra uno u otro rival de la zona. Esta ocasión era para Indosaurios, los veteranos de Ingenieros Industriales Las Rozas y en su casa. La cosa no iba a ser fácil.
El día, uno de esos adelantados de junio en pleno mayo, traía calor a raudales. Ya la temperatura estaba disparada a las 11 de la mañana cuando los Fuenkarkas se dieron cita en El Cantizal, la casa de los de Las Rozas. Pero ¿qué son unos casi 30 grados contra las ganas de esos aguerridos carcamales que defienden la camiseta naranja?
Cierto es que, como si nunca nos hubiera pasado, el rival salió al campo mil veces más mentalizado que nosotros. Desde el minuto uno salieron más enchufados, percutieron más duro, placaron y nos metieron en su juego. Y nosotros nos dejamos arrastrar hasta allí. 10 minutos en los que muchos no parecíamos recordar a qué habíamos venido: a jugar al rugby. Hubo que poner las pilas al equipo en un descanso para hidratación. Se ve que hasta que no se acuerdan de la madre de uno no queremos reaccionar. Teníamos que jugar a nuestro juego.
Afortunadamente, hasta ese momento la ventaja no era muy alta y de repente hicimos aparecer nuestro juego, como si hubiera esta dormido todo este tiempo. Pudimos ver cómo los gorditos atacaban y rompían la delantera rival en varias ocasiones con fabulosas descargas. Limpiamos balones como bulldozers de minería y viendo que esta vez los saques de banda no nos favorecían jugamos a la mano llevados por sepa usted qué instinto suicida japonés. Mientras tanto, la tres cuartos (que no aguantaban más atusándose el flequillo) quería inventar y lo hizo, por uno y otro flanco, sacando a relucir esas jugadas estudiadas al detalle. Cruces, dummies, trucos de magia al fin y al cabo que nos hicieron ir subiendo en el marcador, hasta ahora muy igualado.
Igualmente verdad es que Industriales nos lo puso lo más complicado que pudo, enseguida cortaba nuestras jugadas con buenos placajes y buen despliegue. Además ellos supieron sacar buen rédito de cada una de sus jugadas. No se iban a dejar ganar por estos "chavales". Pusieron toda la carne en el asador e igualamos marcadores durante todo el encuentro, uno arriba, empate, otro más y empate. Así, hasta llegar a los tres ensayos por cada lado y casi un cuarto más al final del último tiempo que los de Fuencarral defendieron con uñas y dientes a ras de línea de ensayo pero que acabó con golpe de los atacantes.
Un partido muy reñido, unos rivales muy duros y, en definitiva, un día de rugby maravilloso que pudimos estirar un poco más a pie de campo con unas merecidas cervezas y un bocata. Gracias Industriales y ¡Aupa Rugby Fuencarral!