Ansiaban ya los jugadores de nuestra modalidad de Touch poder volver a los partidos. Aunque en esta ocasión se trataba de un amistoso sabía a partido de liga y a triunfo del rugby y el deporte.
Y eso que el día (más bien la noche) no era de postal: una intensa lluvia había decidido caer sobre el campo este pasado miércoles 25 de noviembre. Sin embargo, eso no echa para atrás a unos jugadores de rugby Touch que están deseando medirse de forma amistosa. Eso sí, las medidas de seguridad ante todo: mascarilla y sin contacto (algo que en el Touch es mucho más fácil de cumplir).
Rugby Fuencarral, su sección de Touch, se medía en esta ocasión a Vallecas. Era el primer partido después de la crisis del COVID-19, del confinamiento, de los meses sin deporte y de una sequía de entrenamientos y partidos sin precedentes. Hacía meses que tanto el equipo de rugby de veteranos como el de Touch habían vuelto a los entrenamientos pero entrenar no es lo mismo que jugar, batirse el cobre y jugar contra gente que no conoces (o no conoces tanto).
Bajo esa intensa lluvia, saltaron ambos equipos al campo y comenzó a fluir la magia: esos pases imposibles, ese buscar la posición, ese ganar terreno sin rifar el balón porque a la mínima esta modalidad de rugby te hace perder el balón y pasas rápidamente del ataque a la defensa y viceversa. Aunque el partido fue disputado y solo los de Vallecas llevaron el balón a las zonas de marca, finalmente Rugby Fuencarral Touch no pudo alzarse con la victoria pero la sensación de volver a la competición suplía el sinsabor de la derrota.
Si la situación lo permite veremos a nuestra sección de Touch en muchas ocasiones disputando la liga madrileña de Rugby Touch pero estos partidos nos dan la vida.
¡Aupa Rugby Fuencarral!